martes, 8 de julio de 2014

Carta rota.

Día 27, Viernes:
Probablemente sea esta soledad que me invade, o el café frío que me acabo de tomar. Tengo muchos motivos por los que sonreír, pero vence el recuerdo de algo efímero en mi memoria, la cual sólo me hace trasnochar. Habláis de Roma para referiros al amor, que ingenuos... Roma está en ruinas, como el  recuerdo de una pareja que se prometía toda una vida.
Aquí dentro llueve, no sé ahí fuera.
Es bonito saber que vas a tener siempre a alguien contigo, pero... ¿Para qué depender de alguien?; la luna está más sola y brilla cada noche. Hagámonos a la idea de que solos estamos mejores, sin engañarnos, sabiendo lo que decimos, siendo felices con lo poco que tenemos. Quizá todo esto suene a carta rota, por dentro y por fuera, como el escritor el día que su dama marcha; pero no es así, hablamos de alguien con las ideas claras, luchando por lo que quiere, sabiendo lo que hace.

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